Cuando los libros hablan y las palabras sobran

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Una foto de Susana Ramírez

 

“Ver a alguien leyendo un libro que te gusta, es ver a un libro recomendándote a una persona”

Una foto de Susana Ramírez, que acostumbra a regalarnos fantásticas reflexiones aquí, en Phusions, acompañada de esta cita que leí por primera vez hace ya unos meses en Twitter, gracias a Trinidad Romero, me despertó un recuerdo que proviene de lejos, de muy lejos. Aunque llevo días intentando ubicarlo exactamente, la memoria me resulta (en este caso) esquiva con los detalles pero sí puedo percibir, todavía, el olor a sal y la calidez de un sol de verano acompañando una sentencia muy similar. Y diría que era en Galicia. Y diría que las palabras fluyeron de la voz de Ligia, hace años, cuando me enseñó cómo pensar, escribir y sentir de forma diferente.

La palabra escrita. El poder de una letra, el dibujo de un trazo, los infinitos significados de una frase. Un libro es un regalo, una historia es un obsequio. Cada vez que alguien se sienta detrás de un teclado dispuesto a entregar su alma a aquel ejercicio creativo, está ofreciendo una parte de su vida que jamás volverá. Está dedicando sus pensamientos, sus ideas, su imaginación a todas y cada una de las personas que en algún momento aterrizarán en aquel blanco sobre negro y convertirán la experiencia de la lectura en una emoción íntima (para bien o para mal) capaz de trascender lo estrictamente racional.

Y aquel recuerdo del que hablaba hace tan sólo unas líneas, aquella imagen que va tomando forma lentamente en mi retina, me lleva a una reflexión similar, muy parecida. “Leer te hará mejor persona, Xavi” me dijo, lo sé, y también añadió “porque si lees serás capaz de conocer más a quién te rodea, serás capaz de comprender mejor las emociones y los sentimientos, serás capaz de aceptar que todo es posible si de verdad te lo propones”.

Probablemente no fueron estas mismas palabras, lo asumo, pero sí sé que fueron muy parecidas, y sé que el significado era éste. Y, al final, ¿no es eso lo que importa? ¿no es eso lo que de alguna forma expresa @Sosann en esa fotografía, o en esa cita que la acompaña? ¿no es verdad que cuando vemos a alguien que ha leído una obra que nosotros también conocemos, empatizamos más rápidamente con ella o con él?.

No me atrevo a decir que leyendo o escribiendo historias vayamos a cambiar el mundo. Esa inocencia naïf la dejo para otros momentos de mi vida, pasados o futuros, pero no para ahora. No con todo lo que sucede en tantos rincones del planeta. Pero sí es cierto, y así lo pienso, y así lo siento, que ambos ejercicios nos hacen mejores, nos ayudan a ser más próximos, nos permiten expresar y compartir, aprender y entender. Nos hacen crecer. Nos hacen levantarnos. Nos hacen sentir… 

Y creo que en este mundo en el cual nos ha tocado vivir, hace falta mucho más sentimiento, y muchas menos individualidades.

 

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