Mi generación no vive de promesas. Mi generación no espera soluciones mágicas. Mi generación no se conforma con lo que ya está escrito. Mi generación no rehuye los problemas. Mi generación no cuenta los días, mi generación suma las semanas. Mi generación aporta respuestas, mi generación inventa lo que no existe. Mi generación no vive en el ayer, ni se conforma con pasar el presente a cualquier precio; no, mi generación construye el mañana.
Porque mi generación no pierde la fe, mi generación no ha perdido el tren ni lo va a hacer, ¿verdad Adriana?