
¿Nunca has tenido la ocasión de “estar de paso”? Sí, me refiero a esa extraña inquietud que en ocasiones nos golpea provocándonos la necesidad de hacer algo diferente, especial, algo que deje huella. “Dejar huella”, dejar una marca de nuestra presencia o paso por esta vida, dejar el sello que nos identifique para que los que vengan detrás sepan que no existe nada imposible si uno se lo propone de verdad. Nada.
La vida no es sólo un tránsito que nos lleve entre dos puntos, como si ese “otro punto” fuera un objetivo. No tendría sentido, de lo contrario, la sensación de “provisionalidad” que en ocasiones nos asalta y que nos hace mirar atrás con añoranza y, lo que es peor, adelante con temor. No estamos de paso. No queremos pensar que estaremos de paso. Por eso vamos a demostrar que no estamos de paso. Cada día es una nueva página en blanco, una nueva oportunidad para hacer algo grande, algo diferente, algo que nos permita dar otro paso adelante.
Hoy nos hemos explicado (los unos a los otros), en un foro académico, que siguen existiendo muchas oportunidades, más de las que nos dicen, más de las aparentes. Y son oportunidades para cambiar lo que somos, lo que hacemos, lo que logramos, oportunidades que sólo podemos labrarnos de una forma: sumando talento y esfuerzo, sumando lo mejor de lo que tenemos, con lo mejor de lo que somos. ¿Acaso nos vamos a conformar con dejar que cada día sea igual que el anterior?
Yo no, yo no me conformo. Yo no quiero caer en un agujero negro. ¿Y tú?