Tardó unos minutos en reaccionar. Se había sentado en la misma silla en la que estuvo antes Carlota. Había mirado el jardín, aquel maravilloso jardín en el que se podía escuchar el murmullo del viento y el sonido de las montañas. Pero le costó reaccionar. Y cuando lo hizo seguía sin entender cómo había acabado en semejante situación. Se incorporó. Abrió la ventana e inhalo la pureza del aire que iba entrando en la cocina. Ella también había tomado su decisión.
Creo en las oportunidades.
Creo en el destino…
Pero también creo que, incluso ese destino, se puede modificar.
Lo que no sé es si el destino se puede modificar a nuestro antojo, eso sería ser excesivamente optimista -quizás- pero sí podemos encontrar la forma de adaptar el camino que recorremos al que nos gustaría que fuera. Puede ser absurdo todo esto, leído lo parece e incluso os diría que escrito lo es más… pero no es menos cierto que cada decisión que tomamos nos abre unas puertas y nos cierra otras. Y no siempre es fácil escoger qué puertas cerrar…
Soy críptico, lo sé. Hoy he recibido un correo extraño. Inesperado. Un correo que incluso os diría que era el último en el mundo que jamás hubiese creído tener en una de mis bandejas de entrada. Pero allí estaba. Brillando en rojo, esperando la oportunidad de ser leído. Y hacerlo ha sido la primera decisión. Y reflexionar sobre lo que me decía el remitente es la segunda. La tercera será mucho más profunda de lo que yo mismo pueda llegar a creer en este momento.
Lo cierto es que soy una persona de palabra. Y me gusta la gente que es así. Intento cumplir siempre con quien cumple conmigo, pero también creo en las segundas oportunidades… así que pienso que, por primera vez, estoy «en mi juego»… quiero decir que ya no juegan conmigo… en fin, la vida es curiosa, pero el destino lo es más… lo es, ¿verdad Adriana?
Queda mucho por recórrer…
si que sois enigmáticos Adriana y tú…
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Nosotros somos así 😀
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Que foto más chula!
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la foto es una ilustración de Belén Arranz, responsable del diseño de la cubierta de Los Ángeles no deberían pecar
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