
Al otro lado de la pantalla existe todo un mundo. Un universo entero plagado de palabras escritas, de silencios que no se pronuncian pero que se escuchan, de emociones y de aprendizajes, de descubrimientos compartidos, de celebraciones, de decepciones. Hoy, 4 años más tarde, quiero dedicarle un momento a mi timeline, a lo que me da, a lo que me quita, a lo que escribo y a lo que ya borré, a lo que recuerdo y a muchas de las cosas que olvidaré.
Porque hoy, al Enigma de Adriana, llega la primera parte de mis 48 miradas al timeline:
- “Insiste”: reconozco que me costó , mucho, entrar en Twitter. Ojo, entrar no quiere decir “dar de alta @xavigasso”, no, me refiero a usarlo de forma habitual. A todas las personas que tienen la culpa de las horas y horas que he pasado leyendo esos cientos de miles de carácteres agrupados de 140 en 140, gracias. A los que no se acaban de decidir les digo lo mismo: “insiste”.
- @xavigasso: ¿Por qué no “@xaviergl”? ¿Por qué no @XGassoL? ¿Por qué no @gass79? Pues mirad, hasta aquel 21 de noviembre del 2008 siquiera me lo había planteado. Es más, en mis libros firmo como Xavier Gassó i Lorido (¿Por qué no @xaviergasso?), pero en Twitter sabía que quería ser yo. Y el “yo” más auténtico empieza con ese “Xavi” que encabeza mi nombre de usuario y acaba con el “Gassó” que tantas veces nombran en mi día a día profesional. Ni más, ni menos… fuera máscaras, ¿no?
- Marca personal: ahora que está de moda, y relacionado con lo anterior, uno aprende con el tiempo la importancia de prestar atención a lo que compartes, expresas o opinas en redes. Sigo pensando que hacerlo bien es sencillo: sé honesto, sé responsable, recuerda quien eres y, simplemente, sé tú mismo.
- Privacidad: que sí, que sí, que a veces creo que lo sé todo de ti, que tú crees que lo sabes todo de mi… pero, en realidad, no sabes más que lo que está escrito, y no sé más que uno de tus compañeros de trabajo. Peor aún, tal vez solo sé lo que quieres que sepa de ti… la privacidad lo es todo, pero vuelvo a lo anterior, si uno es responsable lo demás cae por su propio peso.
- Miedo a la oscuridad: iba a escribir, “miedo al silencio”, y sé que muchos me habéis entendido. Me refiero a escribir y no recibir respuestas, me refiero a actualizar y que no exista feedback, me refiero a ese túnel vacío por el que es horrible transitar. Pero aprendí que en Twitter, como en otras redes, solo necesitas saber qué buscas. Encontrar, escuchar y conversar llegan solos… lo que decía: “insiste”.
- Arrobas y Hashtags: Seguro que los usuarios más habituales de Twitter os habéis pasado unas cuantas horas, ya, explicando a vuestros más allegados qué es eso de las arrobas, los hashtags, los mensajes directos, las menciones, el Timeline, los trending topics… pero, de repente, el off-line se está apoderando de este vocabulario y cada día es más habitual. No hace tanto yo hablaba en chino para muchos, pero cada vez más gente comprende el idioma de las redes. Aun así, si necesitas que te lo aclare, cuenta conmigo.
- Trolls: voy a ser cuidadoso con este tema porque tengo la teoría de que todos somos, en el fondo, un poco trolls, lo que pasa es que los hay que se dedican profesionalmente a esto. Veréis, quejarse, insultar y/o molestar forma parte del día a día, de la calle, de la realidad, si a esto le sumamos la posibilidad de hacerlo tras una máscara, tras un velo de anonimato, resulta una oportunidad inmejorable para según quien… sí, los hay, y muchos. ¿Mi consejo? Si te topas con ellos, ni caso…
- Marca, empresa, usuario: vaya por delante que aquí estoy muy sesgado. Soy marca(s) y soy usuario individual. Y tal vez por eso intento comprender mejor lo que sucede en el Timeline. Desfogarse con la persona que lleva la cuenta de una empresa es una práctica habitual, aunque muy pocas veces tenga “culpa” alguna del motivo que origina esa necesidad de queja. A veces olvidamos que todos somos personas… y la mayoría de nosotros formamos parte del mismo juego, ¿no?
- “Tu cuenta ha sido hackeada”: es recibir este mensaje y ponerse a temblar. Entre otras cosas porque puede que pierdas la cuenta en Twitter y, con ello, todo lo que eras y lo que has construido. Aún así, no es difícil darse cuenta de lo sencillo que resulta que te roben la identidad, incluso aunque uses complicados algoritmos en forma de contraseñas supermodernas. Si eres un objetivo “interesante” ve con cuidado… ya hemos visto unos cuantos ejemplos, ¿no?
- La batalla de la reputación: hace años una persona a la que respeto mucho me dijo que “los diplomas que colgasen en la pared de mi habitación eran lo más importante del mundo”. Más allá de lo de acuerdo o no (honestamente, no) que esté con esta afirmación, queda claro que hoy en día la reputación (comprendida también desde un punto de vista profesional) se construye día a día. Lo que haces, lo que escribes, lo que compartes, lo que publicas y lo que expresas en las redes sociales te define tanto o más que esos títulos colgados en un muro.
- Manuales, manuales y más manuales: entrad en Google y teclead “Manual de Twitter”… ya me contaréis.
- Del Gurú al experto: los primeros proliferaron hace cierto tiempo. Levantabas una piedra en el Timeline y te encontrabas con un gurú de la “cosa 2.0”. Hasta que pasaron (bueno, más o menos) de moda y ahora lo que abundan son expertos. Es más, hay tanta experiencia en Twitter que uno se pregunta cómo el mundo va como va… ¿Mi opinión? Nunca dejamos de aprender…
- Las listas: una forma de poner orden al desorden de un Timeline demasiado amplio. Usadlas con criterio y seleccionando bien “quien está y por qué está” y os serán de una utilidad que ni os imagináis. Son la solución al “ruido” generado a menudo por miles y miles de mensajes.
- Famosos: sí, “haberlos haylos”. Antes eran aquellos personajes que formaban parte del inaccesible Star System. Ahora los tenemos en nuestro TL. Sabemos qué hacen, qué comen, donde están, qué visten, por qué sonríen, o lloran… y vivimos con la esperanza de que nos respondan un tweet.. A veces lo hacen, otras no, pero incluso la relación con “ellos” se ha hecho más plana y próxima gracias a las redes…
- Si me sigues, te sigo: voy a contaros un secreto (a voces). No comprendo a los usuarios que me envían una mención con ese mensaje. Nos deberíamos seguir porque compartimos intereses, porque podemos intercambiar buenas conversaciones, porque somos amiguetes, porque nos conocimos en tal o cual congreso… no sé, por mil razones, ¿pero sólo para que me sigas? ¿Para qué? Mejor lo dejo, pero gracias.
- ¿Me haces un RT?: lo mismo, un RT o se hace por convicción o no se debería hacer. Sí que es verdad que, en ocasiones, por proximidad, cariño, por aquello del “quid pro quo” alguno cae. Pero pedir un RT porque sí como que no conviene…
- Amigos que vienen… soy incapaz de decir cuantas nuevas amistades (no de las de “al otro lado de la pantalla”, sino de las de verdad) me ha traído el Timeline. Twitter me ha permitido conocer a muchísimas personas, que me aportan cosas que nunca hubiera imaginado. Cada día aprendo más de su generosidad, de su experiencia, de las diferentes miradas que tienen, de todo lo que comparten… No quiero hacer un listado, porque sería injusto olvidarme de alguno o alguna. Lo que importa es que tú sabes que estás.
- … y otros que se van: por supuesto, no todo es bonito. Tengo una teoría, tengo la sensación que Twitter puede llegar a radicalizar ciertos extremos y, en esas ocasiones, puede ser que alguien no entienda que no quieras seguir su mismo camino. Curiosa definición la de tolerancia, un día de estos escribiré sobre ella…
- Pero… ¿quién pone orden aquí? En ocasiones la cosa se desmadra. Sí, eso pasa… uno empieza a leer sobre algo que ha hecho o dicho (por decir algo) Pipi Estrada y a los cinco minutos el Timeline es “sólo” Pipi Estrada. Es curioso, pero es así. Es la democracia del caos…
- Yo vine a hablar de mi libro… o esos usuarios que solo están en las redes para hacerse publicidad. Tal vez porque en algún lugar han leído que “se tiene que estar sí o sí” o porque algún publicista se lo ha “recomendado”. Y ves que tuitean una y mil veces el mismo mensaje (libro, producto, experiencia… no importa). No es eso, no.
- Los que innovan: me encantan. Usando el argot tuitero: soy Fan. Personas que aportan algo nuevo en lo que hacen, inventando, observando desde nuevas perspectivas, creando. Adoro a los que crean, a los que son capaces de sorprendernos. Gracias!
- Los que colaboran: de eso se trata en las redes. De colaborar, de sumar nuestros esfuerzos, de no ser egoístas. Es algo que veo a menudo, en muchas ocasiones no importa la marca, la empresa, el producto, sino esa persona que está detrás y que, cuando requieres su ayuda, te echa una mano. Sencillamente, eso hace del mundo un lugar mejor. De nuevo: gracias!
- Los que copian (sin citar fuentes). Sobran. Sobran porque van contra la auténtica esencia de las redes. No me voy a extender, no hace falta.
- La vida sigue igual: sin duda alguna. Porque cada mañana te levantas, y sabes que tienes una buena vida, una gran vida, con oportunidades, con personas dispuestas a ayudarte, aquí y allá, en el off y en el on… y seguimos compartiendo, y aprendiendo, porque hoy puede aparecer alguien todavía más interesante que ayer. Eso es genial, ¿no?
Pronto vendrán las otras 24 miradas: paciencia, Adriana, paciencia…
Acertado. Instructivo. Hay algo que hago mal en este asunto: tengo enlazados al twttr casi todas mis herramientas (fcbk, blogger, suscripciones, pntrst linkedin,…), y cada vez que publico algo en mi blog se twttea al menos 3 veces. Eso cansa a quien me tiene en sus contactos, porque le lleno el TL de mensajes de mas. Tendre que resolverlo.
En cuanto a las listas, aun no lo domino. Veremos.
Salu2
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Gracias Francesc,
Estoy de acuerdo contigo. No es conveniente del todo tener enlazadas las diferentes redes si la frecuencia de posteo es demasiado alta… crea algo de saturación, aunque tiene fácil solución, por supuesto.
Cualquier cosa en que te pueda ayudar ya sabes…
Un abrazo!
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Muy bueno, @xavigasso (lol)… pero de ¿donde sacas la imaginación para sacar 48 cosas sobre el twitter ese? Tío…
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Pues, otra cosa no sé, pero de imaginación ando sobrado… XDDD
Gracias, Charly!
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me encantó!
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Gracias Mifua!! Por cierto, en la segunda parte de esta entrada (24 miradas más…) que he colgado hoy, hay algo que te resultará familiar, jajajaa…
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