Historias por descubrir (o escribir)

Lugares, motores, madera, grafito... contrastes...
Lugares, motores, madera, grafito… contrastes…

Recorrer los pasillos de un caserón construido hace más de trescientos años, tocar las paredes, percibir los siglos en ese tacto rugoso, áspero y desgastado, cerrar los ojos e imaginar, intentar imaginar, todo cuánto ha sucedido allí, entre esos muros, en ese silencio. Perseguir frases pronunciadas a viva voz o, mejor, los susurros que nadie, jamás, pudo escuchar, los sueños que alguien ocultó tras una marca realizada hace cientos de años, y las miradas que se han topado con la mía al otro lado de ese espejo que hace décadas que decora la pared.

La magia de lo que no nos han explicado. Los kilómetros que han recorrido los neumáticos de un buen clásico, las veces que ese motor ha rugido curva a curva, los litros de gasolina quemados, las historias que no han trascendido más allá del cuero de los asientos traseros. ¿Os lo imagináis? No existe el silencio, solo existe la ceguera de los que no quieren ver.

Y no es nostalgia. Es la belleza de lo que se construyó de una forma diferente a lo que hoy es habitual. El hombre contra la máquina. La imaginación, contra la rutina, las ideas contra el hábito. Ayer sujeté una de mis viejas raquetas de madera, y pude percibir la pasión con la que estaba diseñada, tallada, esculpida, fabricada. La de grafito es exactamente igual a la que un habitante de la otra punta del mundo pueda comprar mañana. Sin más. No tiene pasión. Eso las diferencia.

Sí. Tengo un yo que ama el pasado, que adora la sensación de pasar las páginas de un libro viejo y escuchar el  crujido de las palabras que, durante décadas, se han mantenido inalterables e impasibles ante el paso del tiempo. Y vuelvo a pensar en todas las veces que habrán sido leídas, en todas las historias que están por descubrir, en todas las que alguien nos invitará a escribir.

Y, por eso, desde esta nueva fusión, invito a los modernos a no dejar de lado la forma de concebir el mundo de esos antiguos genios. A no dejarnos llevar por lo que todos conocemos. A (re)descubrir de qué están hechas las cosas que nos emocionan y recuperar aquello que las hace diferentes.

Porque, a veces, no hay nada como un poco de Rock’N Roll

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2 comentarios en “Historias por descubrir (o escribir)

  1. Comparto ese «yo» que ve e imagina el pasado, que escucha las frases que se quedaron pegadas a las paredes en una habitación de hotel dónde pasaron tantas personas, a las calles pisadas por tantos otros, en días tristes, alegres, rabiosos…Me encantó… descubrir y escribir…dos de mis pasiones 😉
    Un abrazo!

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