
¿Qué sucede cuando construyes un mensaje entorno a una forma de entender la vida? ¿Qué sucede cuando destierras tabúes sobre quién eres, sobre cómo eres, sobre qué se supone que eres, y creas una nueva percepción de ti mismo? ¿Cuándo dejas de ser el que eras para convertirte en algo más, en algo diferente, en algo -quizás- mejor? Y, si a todas estas preguntas le sumamos el esfuerzo por mantener una forma de relacionarte con los demás, con los que te rodean, intensa, personal y real, ¿cuál es el resultado?
Unos y otros, especialmente los que nos “vivimos” en el online, nos pasamos horas y horas buscando contar historias, generar experiencias que creen percepciones que lleguen a sustituir, incluso, las preexistentes. Pero no siempre es fácil. De hecho, no es nada fácil, y, sin embargo, la posibilidad está ahí, a solo un paso, a solo un pensamiento, una idea, sí, una simple idea…
Hoy, a Adriana y a mi nos han visitado los amigos de Coca Cola para compartir con nosotros su último y genial ejercicio de creatividad. Es una idea que nos ha hecho sonreír, asentir, reflexionar y, finalmente, decidir que debemos seguir levantándonos cada día para colaborar en ese esfuerzo por cambiar las estadísticas, ya sea con o sin las prometidas píldoras mágicas.
Sí, me gustan los mensajes positivos, no lo puedo evitar. Me gustan porque necesitamos mensajes positivos. Necesitamos ser capaces, entre todos, de cambiar la negatividad, la inmovilidad, la pasividad que, de alguna forma, se ha apoderado de nosotros y convertir esa energía en algo diferente, en algo que nos mueva… sí, ¡yo me apunto al cambio!