Que nadie se engañe, ahora mismo, en este preciso instante, es más que posible que haya nacido una idea brillante, una de esas que va a cambiar nuestra vida en algún momento. Me atrevo a decir, que no sólo va a ser una, sino que muchas, en muchos lugares, en muchas mentes, están fructificando en busca de ese camino que las lleva a convertirse en una realidad. Las ideas lo son todo, son el embrión del cambio, la motivación que impulsa la innovación, la promesa de una nueva oportunidad de hacer algo grande.
En muchas ocasiones me pregunto qué pasa con las ideas que no pueden ser aprovechadas, con esos proyectos que nunca llegan a ver la luz. ¿Se reformulan? ¿Se reciclan? ¿Vuelven en otra mente, en otro momento, en otra forma? La cuestión es, ¿por qué no valoramos más los espacios que existen para que esas ideas jamás se lleguen a perder, para que el talento encuentre su camino y transforme el nuestro?.

Por esa razón me encantan iniciativas como la del Imagine Express. Más allá de lo original de la propuesta, más allá del fantástico equipo que está detrás y que lo impulsa, más allá de la visión de Xavi Verdaguer y de las personas que han decidido acompañarle en esta aventura, lo que saldrá de aquí es una apuesta total por el talento, por las personas, por sus ideas. Y sí, no es ni mucho menos el único ejemplo de este tipo de propuestas, lo sé, pero sí hace una apuesta por juntar personas, por sumar ideas, por aportar elementos diferenciadores, por crear desde prácticamente cero y, sobre todo , por poner en juego la creatividad.
Y, como yo soy un fan declarado y absoluto del talento creativo, lo apuesto todo por este tipo de iniciativas. Porque creo que allí fuera, al otro lado de esta pantalla, hay muchas y muy buenas ideas esperando encontrar una oportunidad.
Tal vez tú, Adriana, tengas algo que decirme pronto…