Lo decimos desde hace tiempo, lo mediocre se ha normalizado. Por alguna extraña razón se ha aceptado como válido lo que no sobresale. Es un hecho, no hace falta que nadie se lleve las manos a la cabeza, no tiene sentido que alguien se sienta escandalizado, muchos han dejado de creer en superhéroes y, peor aún, ya no apuestan por los que todavía explican que existen. Se escriben palabras fáciles, se esquiva la crítica, los ojos se cierran cuando el estrés se hace difícil de soportar y se esconden las cabezas ante los que alzan la voz, por temor a ser el foco de sus iras.

Lo veo cada día, y estoy convencido que muchos de vosotros compartís esta misma visión. No digo que sea algo generalizado, afortunadamente, ni tampoco que no existan personas que luchan cada día por hacer algo diferente, mejor, superior. Sólo me atrevo a afirmar que hoy el que se apunta las medallas saca pecho mientras que los que hacen posibles los éxitos se van desgastando lentamente.  No hay mérito si no existe esfuerzo. No hay liderazgo si no se expone, comparte, y valora el talento. Y no existe mayor triunfo que liderar esas pequeñas revoluciones que dibujan caminos diferentes, rutas para construir lo que para demasiados solo son utopías, espacios inesperadamente brillantes.

¿Es una actitud rebelde? Sí, tal vez sí. Tal vez nos falte algo de esa rebeldía tan propia del Rock, de ese descaro con el que se escribieron algunas de las mejores historias jamás cantadas, o explicadas, tal vez nos hayamos conformado con lo simple, con las líricas pegadizas carentes de fondo, tal vez nos limitamos a perrear día tras día esperando que alguien nos diga qué bailar mañana.

Yo no quiero respuestas simples, ni tampoco movimientos prediseñados, no me apetece cantar cada mañana la misma melodía y, por supuesto, no me conformo con risas enlatadas ni con rimas burdas. Yo quiero más, quiero mucho más, por eso, hoy recojo el testigo de Johnny Hallyday y os digo:

Lucha contra las palabras fáciles;
Lucha contra el odio de los imbéciles
Y guarda siempre en ti,
Un actitud Rock’n Roll!